2009/02/04

Estadios

Los cálculos de Poli me parecen un tanto exagerados. Siempre tuve absoluta confianza en ella pero dudo seriamente que estemos en condiciones – como dice ella- de llenar de por si solos un estadio. Ojalá me equivoque y Poli esté en lo cierto. Anoche nos reunimos en su guarida de Palermo Viejo y sobre el final de la cena, mientras dabamos cuenta del último trago de champan salió con eso. Dijo que ya tiene contacto con gente de Vélez y de Huracán. Entre los dos coincidimos que después de lo de King Kong Stadium no podemos arriesgarnos más a la fallida fórmula “varias fechas en un lugar”. Ya tuvimos esa experiencia. Le contesté que estaba en lo cierto que eso no lo podíamos hacer más puesto el problema es, sin lugar a dudas que los pibes no se contentan con ir a una de las noches sino que quieren ir a todas y ahí empiezan los quilombos. Pero que pasará en un gran estadio?
Me volví a casa un tanto inseguro y dubitativo. Lo último que dijimos entre la Negra Skay y yo fue que siga con las tratativas con la gente de Vélez y Huracán. Los de Vélez tienen varios y variados shows encima pero son bastante ortivas, a Poli la convenció más la gente de Huracán pese a no tener casi experiencia en el tema. Cuando haya algo más claro vamos a ir los tres a hablar.
Mientras cruzamos media Bs As en taxi me fui preguntando como se verá Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en un estadio. Con pantallas gigantes. Con un distanciamiento casi total del público. Perdidos en un escenario enorme. Me retrotraje a una noche tomada al azar de entre la madeja de mi memoria, el Stud Free Pub por ejemplo donde a todo trapo entrarían doscientas personas como mucho, donde yo me ponía a tomar wisky con la gente antes de tocar y un marshall minúsculo servía para reproducir nuestro número. Me mordía los labios y mi alma se fundía con los colores de la noche, trazaba planos imaginarios en nuestra historia, trataba de descubrir los conectores que sucediéndose unos a otros habían hecho de nuestro escenario under de maderas podridas por el vómito de los borrachos se estuviera por convertir en un megatablado solo aspirable a estrellas internacionales.
Creo que Huracán es más humilde. Un fracaso en Huracán no sería tan resonante como un Vélez a medio llenar. Trato de imaginar las tribunas colmadas, el campo de juego convertido en un mar de cabecitas y nosotros esperando salir a escena. Pese a parecer que ya tenemos todo vivido, llegan épocas de grandes novedades para nuestro río de adrenalina.

No hay comentarios: