2009/01/05

U.R.S.S.

Le ganamos 2 a 0 a Rusia. Después del partido nos trenzamos en ardua y amarga discusión sobre el futuro de la URSS. Sobre la mesa no solo flameaba el estandarte amarillento de Don Francesco Branca y sus oscuros mostos de misteriosas bayas sino también, así lo había querido Skay, la S roja del Smirnoff setenta y cinco grados que sobresalía del modo de un emblema social desde el pectoral vítreo de su envase transparente. Basabru paladea con extrema concentración el líquido incoloro igual que si buscara en el interior de su esencia el bramido agonizante de un cosaco o el adn conductual de la sombra de la revolución bolchevique de 1917. Dice entre otras cosas que voda es agua en ruso y vodka vendría ser aguita y explica que al sabor del vodka o la vodka como dice que correctamente hay que llamarla, su intensidad flamígera hay que buscarlos, que ese gustito a centeno no llega así porque sí, hay que concentrar un tanto las papilas y dejar que lentamente vaya estallando la oculta esencia del poderoso jarabe de papas de la estepa siberiana.
Mucho se ha escrito en los últimos tres años sobre los cambios que se están produciendo dentro de la Unión Soviética, mucha producción de tipo periodistica y ensayística tratando de esclarecer el nuevo devenir histórico, muchos términos que hemos incorporado ya a los nuevos desafíos interpretativos de su realidad política como glasnot y perestroika, palabras que refieren a deshielo y a cambio pero creo que nadie a ciencia cierta sabe muy bien que pasa en el seno secreto de esta nación convulsionada. El tono de nuestra conversación es, podría decirse, un tanto melancólico cuando no preocupado como si se evidenciara en cada uno de los que nos reunimos en torno a esta mesa un indeclinable afecto por los soviéticos. Es así, algo nos une inexorablemente al dramático destino de los viejos bolcheviques. Fernando deja entrever en algunas de sus frases que esta ligazón procede más que de cierta admiración por la economía planificada o por el grado de justicia social al que han arribado al inmenso rechazo que nos produce el capitalismo salvaje que proponen los norteamericanos, de la puta cultura de hamburguesería que están exportando al mundo sin que nada ni nadie sea capaz de detener. Nos alineamos con los rusos, en eso hemos estado en los últimos años.
Le digo a Basabru, exponiendo todas las sensaciones que he ido acumulando después de la caída del Muro y adquiriendo la tonalidad de un adagio de aires fatalistas que la URSS es un viejo mueble apolillado que apenas mantiene un poco del barniz exterior. No falta mucho tiempo, solo el mordisco de una polilla, para que todo se termine por desmoronar. La clave de todo este proceso de cambio como le llaman y que a decir verdad habría que llamar la disolución del estado comunista está dado sobre todo en las nuevas expectativas de consumo y deseos del grueso de la población rusa, les digo. Hace tiempo que por distintos medios clandestinos que se filtran a los controles generales cada vez con más frecuencia vienen recibiendo mucha información de lo que pasa fuera de su país del estilo de vida que se está estilando en Occidente. Existe un gran mercado negro de videos, creado por los mismos rusos traidores a la revolución bolchevique, conteniendo y mostrando toda la panorámica del desborde de la oferta capitalista. El politburó poco puede hacer ante esta evidencia. Apenas aggiornar un poco sus políticas, anunciando continuas aperturas y cambios que son promovidos indudablemente hacía la desintegración de los estados socialistas para que de alguna forma el descontento de la población no se transforme en airadas manifestaciones y por lo tanto en bochorno internacional. Skay teorizando desde su sensible corazón nos dice que como los cubanos los propios soviéticos tendrían que ser los pilares, es decir que sea el pueblo mismo el que sostenga el espíritu del socialismo demostrando orgullo por la austeridad y el ascetismo comunista eso que los conduce directamente a un sistema justo e igualitario. Fernando mueve la cabeza hacia ambos lados y con expresión amarga le dice que desde los más altos jerarcas del partido hasta los ciudadanos comunes coinciden en que deben dejar de fabricar tanques, aviónes, AK-47 y demás armas, que deben dejar de invertir en investigaciones de ingeniería nuclear y en proyectos de conquista espacial. Basta de cohetes y misiles. Hay que ampliar y diversificar el stock de alimentos en los almacenes, basta de paracaídas gritan casi a voz de cuello las mujeres rusas que empleen esas telas para surtir el stock de las tiendas de indumentaria femenina. Las rusitas están locas, locas Skay , ya no soportan tener que ponerse todo el año el mismo vestido sobre todo ahora que esconden la Vogue dentro de los cajones del placard. Fernando completa la información diciendo que hace poco procesaron a dos ciudadanos soviéticos por adquirir un jean Levis por el valor de dos sueldos, mientras sus palabras flotan en el aire con trágica melodía sorbemos los últimos tragos de vodka y a todos nos va quedando la sensación de que dentro de poco no quedará nada o casi nada de el austero coloso rojo de la hoz y el martillo

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