2009/01/05

Parque Sarmiento

Un lugar medio cheto parece Parque Sarmiento. Lo primero que hice cuando entre fue ir a visitar el fast food del que me habló Poli. Tenía razón Poli que parece un Mcmierda. Espero que lo pibes tengan contemplaciones para con este tipo de instalación. Con Sergio nos quedamos mirando el impecable piso de parquet del gimnasio. Nos preguntamos que tipo de deportes se practicarán acá. Volvemos a lo que preferimos llamar la cantina como si con esa denominación más barrial intentaramos sacarle el brillo neoyanqui al lugar. Detrás de la barra asoma la cabeza un empleado que debajo de una gorrita blanca nos mira como a tres intrusos. El tipo acostumbrado a ver gente prolijamente sudada que viene a tomarse un refresco después de jugar al ¿Badmington?, ¿Voley?, no sé. se aproxima a la barra con rostro casi de espanto mientras el Soldado y el Vikingo hacen un ruido tremendo con los equipos. Alguien desde atrás le explica quienes somos y el tipo casi sin mirarnos nos deposita tres enormes balde de casi un litro de cerveza cada uno en la barra. Sergio bromea con que los chicos no van a estar muy conformes con el precio de la cerveza. Poli le dice que no se preocupe que los angelitos vienen bien colocados desde afuera. Charlamos sobre el tema de la entrada. Poli me dice que hay mucha seguridad del lugar y también mucha milicada afuera. Le digo que nos aseguremos de que la seguridad no se propase con las “bandas”, a veces esta gente es peor que la policía misma. Celosos de su papel son capaces de darsela a cualquiera.
Al rato Poli llega con la historia de los pibes copando Av. Del Tejar, es impresionante verlos llegar y bajar de los bondis que vienen cargados hasta la manija cantando “Teque teque toca toca esta hinchada está re loca somos todos redonditos redonditos de ricota” mientras agitan entre sus brazos banderas con los nombres de los lugares de donde provienen. También me cuenta que hubo un pequeño quilombo con un tipo que en una parte rota del alambrado hacía pasar a la gente por unos pesos. No me preocupa esto sino el comentario de Poli de que están siendo muy duros con los mamados. Los llevan a la casilla de vigilancia y de ahí los despachan a la a comisaría. Poli vuelve como loca a tratar de ordenar las cosas en la entrada. A mí no me queda otra que ir calentando la garganta para que todo sea una fiesta.

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