Me detengo en el vertiginoso diseño del Si de Clarín, sus exuberantes paratextos, su disposición cada vez más propicia a la imagen en detrimento de los textos. Por momentos esta nueva gráfica llega a marearme. Hace unos años bastaba con ir a la contratapa para ver la data de los recitales, ahora ya no se donde están, seguramente emboscados entre estas fotos y titulejos exageradamente subrayados.
Quiero fijarme donde toca Skay, quiero ver como es su progresión post redondos. Hasta ahora ha tocado en lugares chicos de 500 a 2000 personas. Mi manager dice que debería ir viendo lugares para tocar y que en los que ha tocado Skay ni se me ocurra.¿Es verdad que el Indio Solari puede llevar más de diez veces o veinte veces de publico que Skay Beilinson?
Si me dejo llevar por la más pura racionalidad, el cálculo de mi mente es que solo podría triplicar o cuadruplicar las cifras de Skay con lo cual el Luna Park estaría bien. Dos o tres Luna alcanzarían para saciar la sed de las huestes redonditas de verme en acción.
Torres me escucha con respeto y paciencia, pero su rostro me indica que no comparte para nada mis cálculos. No lo dice pero supongo que piensa que me estoy quedando corto. Le agrego más agua al wisky y me imagino un estadio, un estadio lleno, yendo a ver ¿exclusivamente a mí?.
Torres se va sin que quede nada claro ni definido, aunque también sabiendo que entendí que podríamos llegar a cometer un gran error tocando en un lugar que no albergue las ansias de los miles de pibes que quieran ver el retorno del viejo líder de los redondos.
Interiores voces de la ironía me dice que llame a Mora y Araujo o a Rosendo Fraga para ver cual es la imagen positiva del Indio.
¿ Y si Torres tendría razón y estaría para como alguna vez lo hice con Skay llenar dos o tres estadios?.
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